Aprender a leer etiquetas

Hoy en día, cada vez más consumidores se preocupan por su alimentación y ante la gran multitud de opciones que existen en los supermercados es muy importante aprender a interpretar y leer las etiquetas de cada producto. Muchas veces las personas se fijan únicamente en la cara principal en la que aparecen colores llamativos frases como: «rico en fibra», «te ayuda a perder peso», «sin grasa»…. qué es una estrategia de marketing que utiliza la industria alimentaria para que compremos «por la vista»

Los envases de los alimentos contienen mucha información de utilidad para saber qué es lo que realmente estamos comprando y para ayudarnos a seleccionar aquellos productos ingredientes que van a formar parte de nuestra dieta intentar que estos repercutan de manera beneficiosa en nuestra salud. Es un tema bastante extenso pero en esta entrada os diremos algunas de las claves básicas.

 

¿En qué hay que fijarse en el envase?

En primer lugar decir que la información que aparece en los envases de los alimentos está regulada por el reglamento (UE) 1169/2011 en el que se establecen unos datos obligatorios que tienen que aparecer en todas las etiquetas.

Dentro de estos datos obligatorios se encuentran la denominación del alimento, lista de ingredientes, ingredientes que pueden causar alergias o intolerancias, cantidad neta del alimento, fecha de caducidad o consumo preferente, condiciones de conservación, modo de empleo, información nutricional, origen y la empresa alimentaria.

Todos estos datos nos dan una información importante para saber cómo mantener en buen estado el producto o que esté dentro de la fecha adecuada para su consumo y no nos causen ningún daño para nuestra salud y no haya perdido su calidad organoleptica pero, ¿qué es lo más importante para aprender a elegir un producto saludable?

 

Listado de ingredientes

Una de las primeras cosas en las que nos tenemos que fijar en el listado de ingredientes. Dichos ingredientes vienen ordenados empezando por los que se encuentran en mayor contenido a menor contenido, por ello hay que evitar aquellos que tengan de primeros ingredientes azúcar, almidones, grasas…Evitar aquellos productos que contienen grasas hidrogenadas o trans (son grasas vegetales que se han hidrolizado para que sean sólidas a temperatura ambiente, muy utilizadas en productos de bollería y precocinados) que son perjudiciales para nuestra salud cardiovascular aumentando los niveles de colesterol LDL.

En el listado de ingredientes también hay que tener en cuenta las denominaciones de los mismos ya que por ejemplo el azúcar también lo pueden llamar jarabe de glucosa, fructosa, sirope de arce, azúcar de coco, dextrosa, azúcar invertido…

Al comprar productos integrales, leer bien que el primer ingrediente sea integral y también su porcentaje que no deberá ser menos de un 70%.

En este listado de ingredientes también deben aparecer en negrita o resaltados de alguna forma aquellos que pueden causar alergias o intolerancias e incluso si puede contener trazas de los mismos.

 

Tabla de información nutricional

Como ya hemos dicho, lo más importante es el listado de ingredientes pero si queréis ir un poco más allá para cuidar aún más la alimentación, también es importante saber leer la tabla nutricional en la que deben aparecer de manera obligatoria el valor energético, proteínas, hidratos de carbono y dentro de estos los azúcares, grasas y dentro de estas las saturadas y la sal. Todo esto aparece por cada 100 gramos pero en ocasiones también lo pueden poner por ración y ahí es donde hay que tener cuidado ya que muchas veces una persona no consume solo esa ración y al final acaba comiendo de más, nuestra recomendación es que siempre te fijes por cada 100 gramos de producto.

Seguro que lo primero en lo que te fijas o se fija en la mayoría de las personas es en las calorías que tiene ese alimento pero después de leer este artículo sabrás que no es lo más importante ya que no es lo mismo consumir 100 calorías de galletas que 100 calorías de atún, no te obsesiones con las calorías.

Dicho esto, hay que intentar que los productos que consumimos no tengan muchas grasas saturadas no superando el 15-20% en el total del día.

Dentro de los hidratos de carbono se encuentra el azúcar y es importante diferenciar el azúcar naturalmente presente en el alimento del azúcar añadido. Por ejemplo si vemos la etiqueta de un brick de leche tendrá aproximadamente unos 4 gramos de azúcar pero este procede de la lactosa que es propio del alimento. Para saber si tiene azúcar añadido hay que ir a la lista de ingredientes. Esto mismo pasa con nuestras compotas y smoothies Pom’bel en los que el azúcar presente procede de los azúcares naturalmente presentes en las frutas.

La OMS recomienda no exceder el consumo de azúcar añadida en más de 25 gramos al día para los adultos.

Otro punto a tener en cuenta es la sal ya que las personas con hipertensión o problemas de riñón deberían consumir aquellos productos reducidos en sal y la población en general evitar productos que tengan más de un gramo de sal.

 

Conclusión

Saber interpretar las etiquetas de los productos es muy útil y necesario para llevar así una vida más saludable. Lo ideal es consumir productos frescos y materias primas, alimentos lo menos procesados posibles pero como en nuestro día a día utilizamos también muchos productos envasados, con la información que os hemos dejado, ahora podréis elegir aquellos más beneficiosos para vuestra salud.